El Fujiyama es una montaña relativamente reciente, como lo
demuestra la forma de su cono. Su morfología, ha sido plasmada por flujos de lava muy líquida y
elástica, lo que ha determinado que se formaran, en cada una de sus laderas,
pendientes suaves y regulares. Hará unos 300.000 años atrás, una fase de
paroxismo volcánico elevó un inmenso cono sobre un basamento del terciario
superponiéndolo a otros dos, más antiguos y de menos altura, y creando esta
grandiosa mole que hoy suscita tanta admiración.
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